A continuación, presento y reflexiono de manera resumida sobre dos experiencias de activismo colectivo, la marcha contra el especismo de noviembre de 2021 y la marcha del 8M del 2022. La información completa de estas dos actividades la encontrás en el documento de tesis.
Marcha contra el especismo 2021
La marcha contra el especismo acontecida en el 2021 es un ejemplo de activismo colectivo de agrupaciones por la liberación animal. Esta actividad fue convocada para el 13 de noviembre del 2021 a las 12:30 horas en el Ángel de la Independencia de la Ciudad de México con la intención de marchar hacia el corazón de la ciudad ubicado en el Zócalo, aún en medio de la contingencia de la pandemia de la COVID-19. Esta acción la organizó el comité que se identifica en las redes sociales como Marcha Contra el Especismo CDMX (Ciudad de México).
Desde la Glorieta de los Insurgentes empecé a observar a varios jóvenes haciendo carteles para la actividad. A metros aún a distancia, las “banderas del veganismo” (así les llaman las activistas) indicaban el punto de encuentro.
La marcha inició con la lectura de un comunicado por parte del comité organizador, el cual afirmaba que “la relación que mantenemos actualmente con los animales está lejos de ser justa, se ha basado en la división humano/animal y ha utilizado a la especie como una barrera para la consideración de otros animales y para negar que los humanos de hecho somos animales.
Video del comunicado
La caminata continuó por el Paseo de la Reforma, fue pacífica, ordenada, se acompañó de dos bocinas que ayudaron a guiar las canciones. Mientras se caminaba, también se mostraban los cárteles a buses y carros que pasaban por las calles aledañas. En la caminata principalmente vi a mujeres y hombres jóvenes, algunos niños y niñas, y excepcionalmente a personas adultas de otras generaciones. Mientras caminábamos no logré identificar a agrupaciones o sectores diferenciados como suele pasar en las marchas feministas. Sin embargo, mientras avanzaba localicé carteles de papel (pegados en monumentos como el de la foto) que incluía la leyenda, a modo de firma, “feminismo antiespecista”.
Estos y otros mensajes fueron colocados en las paradas de buses, columnas, y paredes. Me enfoqué en identificar quiénes estaban posicionando el discurso feminista antiespecista y al llegar al restaurante KFC (Kentucky Fried Chicken) del Paseo de la Reforma logré documentar otra intervención. Algunas chicas con latas de pintura en mano escribieron (grafitearon) mensajes en la pared del restaurante mientras otras pegaron en las ventanas carteles con mensajes antiespecistas.
A través de esta acción identifiqué a mujeres que sin duda compartían una agenda feminista antiespecista. Sus consignas, vestimenta e iconoclasia, así lo dejaron ver. Sus grafitis y carteles posicionaron los postulados que desde el feminismo se discuten en la relación con la cuestión animal: la violación de otras hembras, el lema “ni oprimidas, ni opresoras” y la herencia colonial especista. En esta ocasión así se hizo presente el feminismo en la lucha contra el especismo.
Es importante identificar las prácticas, consignas y símbolos feministas que usaron las activistas para posicionarse como tales en la marcha ya que denotan la influencia de los activismos feministas. Por mis experiencias en marchas feministas que se caracterizan por prácticas de iconoclasia me fue fácil identificar en la marcha a la pequeña agrupación de feministas antiespecistas.
Otra situación que facilitó reconocer la presencia feminista en la marcha fue el apoyo que surgió orgánicamente a las activistas que hacían los grafitis por parte de otras mujeres que marchaban, quienes las cubrieron con sus propios carteles para preservar su integridad y anonimato.
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Esta manifestación pública contra el especismo es un ejemplo del activismo en el que participan las feministas de manera diferenciada, integran símbolos y prácticas característicos de las marchas feministas para visibilizar el especismo desde la lente morada del feminismo. Nombran específicamente la violencia sexual contra las animales y visibilizan que su explotación se ejerce de acuerdo con el sexo, en detrimento particularmente de las hembras. Además, se posicionan contra el especismo desde su ser feminista, declaran que como feministas buscan no ser oprimidas y en congruencia renuncian a ser opresoras de otrxs animales. Cabe recalcar que la impronta que dejan en los espacios de liberación animal es el análisis de la opresión animal y su relación con otros tipos de opresión visibilizando las conexiones que existen entre la explotación y violencia contra los cuerpos de las mujeres y otrxs animales; esta perspectiva interseccional no siempre está presente en los activismos animalistas.
Marcha feminista 8M 2022
Fue el 25 de febrero de 2022 que navegando por el feed de Facebook me encontré en el grupo “Veganos de CDMX” con la invitación para unirme a un chat grupal en WhatsApp y ser parte del “Bloque antiespecista” en la marcha del 8M. ¡Inimaginable!
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Como feminista las marchas 8M y 25N son muy importantes ya que representan la oportunidad de unirnos para hacer denuncias, demandas y exigir una vida libre de violencia para todas las mujeres. Como activista en contra del acoso callejero reapropiarnos del espacio público en las marchas ha sido muy significativo, sobre todo porque en el contexto guatemalteco, marcado por el conflicto armado y la desaparición de militantes, ha significado vencer ese miedo heredado a las manifestaciones.
Las marchas feministas en la CDMX son emblemáticas por la cantidad de mujeres que a viva voz gritan por sus derechos. Asombrarme con las fotografías de las mexicanas que dejan registro de estas manifestaciones siempre fue muy emocionante y una tarea al terminar cada marcha.
¿Imaginé ser parte de un bloque antiespecista en esas marchas? ¡No! Así que ni bien vi ese mensaje inmediatamente me uní en WhatsApp al “Bloque antiespecista”. Era la primera vez que nos organizábamos para posicionar el antiespecismo como parte de las demandas feministas. Fue de un grupo de amigas de donde provino la iniciativa, en particular la logística la lideró María Jurado dueña del puesto de comida “Mandragora Vegano”, nuestro punto de encuentro.
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Vestidas de negro con pañuelo verde o morado y carteles alusivos a la defensa de lxs otrxs animales nos reunimos temprano en el puesto con María y su mamá. Poco a poco el grupo de veganas fue creciendo y cuando fue la hora establecida caminamos juntas hacia la Glorieta de Insurgentes para encontrar al resto de feministas y unirnos a la marcha.
Liderando el bloque iba Nadia quien con sus brazos en alto alzaba la bandera del veganismo para guiarnos.
Con toda fuerza y armoniosos ritmos gritamos consignas:
El “Bloque antiespecista” sumergido con el resto de la marcha contribuyó a replantear la lucha feminista tomando en cuenta las relaciones con otrxs animales. A pesar de que estos mensajes son para mí ya conocidos y entiendo su significado, durante la marcha me fui cavilando ¿Qué pensarán las demás cuando nos oyen gritar sobre otras hembras y cuándo a la par de decir “ni una asesinada más” decimos también “ni una vaca más en los platos”?
La dinámica entre las antiespecistas y el resto de la marcha fue respetuosa, por momentos nos unimos a las otras consignas y así mezclamos nuestras voces también por nuestras propias luchas. Logré identificar diversos bloques: el de las desaparecidas, el de las mujeres trans, el bloque negro de las feministas vestidas de ese color que cuidan al resto de la marcha. Y desde el 2022 el ¡bloque antiespecista!