Los elementos del proceso de devenir antiespecista
Al tomar consciencia de la violencia especista como proceso que puede ser doloroso (Ahmed, 2021) sentimos que descendemos en movimientos circulares de sentipensares que trastocan todo el cuerpo. Sentimos que ascendemos de la mano de otras que van a la par, atrás o adelante en la travesía antiespecista y feminista. Mientras, otras veces, preferimos circular en soledad introspectiva. Pienso que, como la concha de la caracola que convoca a las feministas (Barrios-Klee, 2020), así es el devenir feminista antiespecista, no siempre hacia adelante pero siempre en movimiento lento como la caracola.
💡“lento” desde mi punto de vista como humana, estoy segura de que para la caracola su andar no es lento, sólo es.
Proceso complejo y situado
Un ejemplo de las decisiones que tomamos en el devenir antiespecista es la adopción de una alimentación vegetal y esto es un proceso personal y diferente para cada una.
El cambio de alimentación conlleva etapas de toma de consciencia y de búsqueda de alternativas en la alimentación y el consumo en general que excluyan a lxs animales. Esto me hace pensar en mi propia experiencia hacia al antiespecismo. En primera instancia decidí cambiar mi alimentación por una lactovegetariana en la cual seguía consumiendo quesos. Al principio yo no sabía cómo era la explotación de las vacas en la industria láctea; creía que como no estaba consumiendo su carne, no estaba mal consumir su leche. En un proceso de toma de consciencia finalmente entendí que los quesos que comía eran fruto de vacas violadas y terneros separadxs de sus madres sin ser alimentadxs y eso me llevó a otra etapa en la que al renunciar a este consumo finalmente pude nombrarme vegana.
Hacer la conexión: la consciencia feminista antiespecista
Nombrarse feminista conlleva entonces, esos “darnos cuenta” no solo en referencia al contexto sino de nosotras mismas, “Alcanzar una consciencia feminista es atravesar la experiencia de lograr ver aspectos de sí misma y de la sociedad que antes no se percibían” (Bach, 2010, p. 30).
Para Bartky, “la consciencia feminista es la experiencia de la existencia de algunas contradicciones sociales que se tornan intolerables” (en Bach, 2010, p. 31), como resultado se vive un “doble impacto ontológico” porque nos damos cuenta de que lo que sucede es diferente de lo que parece y por otro lado produce impotencia expresar lo que está pasando (Bach, 2010).
Para las activistas la consciencia feminista es similar a la antiespecista, pues consiste en un proceso de transformación de muchos “darnos cuenta” sobre la sociedad y sobre nosotras mismas, en este caso, en relación con la opresión de otrxs animales. Liliana menciona lo que sintió al darse cuenta del (ab)uso de lxs animales mucho tiempo después de ser defensora de derechos humanos, para ella esto representó una de las contradicciones sociales que se hacen intolerables (Bartky citada en Bach, 2010) y la motivó a actuar.
La toma de consciencia antiespecista implica en parte desvelar lo que Melanie Joy llama la “tríada cognitiva del carnismo”, que distorsiona la realidad a través de tres mecanismos que ya se mencionaron: la cosificación, la desindividualización y la dicotomización (Joy, 2013).